Los seres humanos tenemos la capacidad de percibir olores, sentir texturas y disfrutar de una variedad de sabores. Tenemos la capacidad de sentir si la comida está en la cocción justa o con la sazón correcta. Por lo contrario, las máquinas no tienen está capacidad.
A primera vista se podría pensar que nuestra maqui‐ naria ha sustituido la mano humana, pero la realidad es muy diferente. Cualquier tipo de máquina siempre necesitará la guía humana; ya que no se encienden por sí mismas, o se programan solas, tampoco se reparan o limpian por su cuenta. Por ejemplo, una sartén, es una herramienta que ayuda al chef a obtener el punto exacto de cocción. La sartén por sí sola no podría saber cuándo quitar el bistec del fuego.
Nuestro objetivo en CRENSA es el de facilitar el trabajo del personal, empleando nuestras maquinarias en aquellas funciones repetitivas y pesadas. Al mismo tiempo, permite la creación de nuevos puestos de trabajo; como por ejemplo, el mantenimiento de la maquinaria, creación de nuevas recetas sanas y deliciosas, mayor atención al cliente, etc. Estos son sólo algunos ejemplos que indispensablemente necesitan la intervención humana profesional.
Nuestras maquinarias solo pretenden facilitar el trabajo de las personas, para así crear platos de calidad, económicos y al gusto del consumidor.